Me está costando escribiros esta carta, porque recuerdo tantas cosas de el, las vacaciones pasadas lo llevamos a una casa rural en la Sierra de Gredos, lo que más le gustaba eran las escaleras del porche, subir y bajar le entusiasmaba, los chicos le metían las patitas en el agua de la piscina natural y como estaba muy fría las encojia corriendo, no se, podría contaros mil cosas de él pero me quedo con la imagen de su carita y su gran valor para aguantar tanto.
Agradeceros enormemente que pusierais a Perico en nuestras vidas, creo que tuvimos una enorme suerte al hacernos este regalo tan hermoso.
Nunca os lo agradeceremos bastante, GRACIAS Y UN BESO ENORME.
María