Hay veces en las que te llega un hurón que es capaz de dejarte la mano dormida de un mordisco, aún llevando guantes especiales, y ese mismo peludo en poco tiempo se convierte en el animal más precioso y bueno que hayas visto. Ese es el caso de Claudio, o Claudiete como le digo yo, fue capaz de dejarme la mano echa un cromo de lo fuerte que mordía y capaz de llegar a lo más profundo de mi, es increible como puede cambiar un bichito con sólo darle un poco de cariño.
Siempre que llegaba, lo primero que quería es que lo cogiese en brazos, si no lo hacías se te restregaba por todos lados hasta que finalmente lo cogías, aunque a veces sólo eran cinco segundos lo que estaba, enseguida se bajaba para dar sus fantásticos saltos y jugar con su amigo Mario, pero aunque sólo fuese un segundo, él tenía que estar en brazos, era su forma de decir hola.
Pero por desgracia para él, un fallo en sus riñones ha hecho que Mario se quede sin su amigo de juegos y nosotros sin ese saludo tan especial. Si algo me enseñó Claudio es que por muy malo que parezca un animal mordiéndote, rara vez es culpa suya, la culpa es de algunas personas que piensan que a fuerza de golpes se le enseñan a comportarse, cuando en realidad son ellos los que nos enseñan como tenemos que comportarnos nosotros, para que ellos nos den su lado bueno.
Claudio o Claudiete, señor ojos grandes, somos muchos los que nunca te olvidaremos.
Dídac
Siempre que llegaba, lo primero que quería es que lo cogiese en brazos, si no lo hacías se te restregaba por todos lados hasta que finalmente lo cogías, aunque a veces sólo eran cinco segundos lo que estaba, enseguida se bajaba para dar sus fantásticos saltos y jugar con su amigo Mario, pero aunque sólo fuese un segundo, él tenía que estar en brazos, era su forma de decir hola.
Pero por desgracia para él, un fallo en sus riñones ha hecho que Mario se quede sin su amigo de juegos y nosotros sin ese saludo tan especial. Si algo me enseñó Claudio es que por muy malo que parezca un animal mordiéndote, rara vez es culpa suya, la culpa es de algunas personas que piensan que a fuerza de golpes se le enseñan a comportarse, cuando en realidad son ellos los que nos enseñan como tenemos que comportarnos nosotros, para que ellos nos den su lado bueno.
Claudio o Claudiete, señor ojos grandes, somos muchos los que nunca te olvidaremos.
Dídac